Cuando de mostrar lo mejor de Colombia se trata, siempre la ciudad de Medellín aparecerá en los primeros lugares de la lista, porque Medellín es digna de mostrar y porque cada día tiene algo nuevo para mostrarle a un mundo que se mantiene ávido y curioso por lo diferente.
Y es que Medellín sí que es una ciudad diferente, su clima es de un agrado perfecto que con la amabilidad de sus habitantes alcanza la mejor de las temperaturas y en donde el visitante, venga de donde venga, siempre se sentirá a gusto.
Medellín es la mejor de las ciudades anfitrionas que siempre mantiene engalanada su casa para el total disfrute del turismo en Colombia y para que sencillamente, quien se hospede bajo su inspirador cielo, se enamore.
Pero esta, que fuera bautizada como “La bella villa”, es una combinación perfecta entre una atmósfera que aún se niega a abandonar su esencia de pueblo amañador y una metrópoli que se desarrolla a grandes velocidades. Medellín representa perfectamente el temple y pujanza de una raza que se supo abrir paso a través de las agrestes pero muy verdes montañas y ante la ferocidad de los osos.
La capital del departamento de Antioquia, llamada también “La capital de la montaña”, “La tacita de plata” y no es un ejemplo más entre los destinos turísticos, es una gran ciudad que planea cada uno de sus movimientos porque piensa siempre en el futuro de sus habitantes con obras que les brinden comodidad y calidad de vida. Medellín es un ejemplo de desarrollo para el país y para un mundo que ve con muy buenos ojos y mucho agrado, la transformación de esta urbe coqueta y completa.
Esta ciudad es orgullo para sus habitantes que no le envidian nada a las grandes capitales porque sencillamente en esas ciudades no se vive tan bien y tan feliz, Medellín es un lugar que invita a soñar y que muchos han escogido para habitar hasta el final de sus días.
Sus mujeres bellas, sus obras creadas con conciencia social y el calor humano de sus gentes, son atributos que seducen fácilmente a quien se atreve a recorrer sus calles e ingresar a cada uno de sus edificios; porque como Medellín, léase bien, no hay dos.
Esta es una tierra que abraza y reconforta, es un lugar en el que muchos comprobaron que los sueños son posibles y que respirando su aire, se vive mejor la vida.
Medellín es poesía hecha ciudad pero también es sinónimo de obras concretas; sus plazas, bibliotecas, avenidas, transporte, escenarios culturales y deportivos y empresas públicas, la han hecho merecedora en los últimos años a la máxima distinción mundial de innovación.
Esta ciudad, ejemplo a seguir del turismo en Colombia, sabe mostrar muy bien cada uno de sus encantos porque seduce y atrapa; esta bella villa se mantiene altiva pero trabajadora, es una ciudad que no duerme pero que le ofrece a sus habitantes y visitantes un descanso plácido y a la vez, un frenesí sin comparación. Medellín es la más hermosa flor que no sabe que es marchitar.