Cuando los conquistadores españoles se adentraron en los dominios de los indígenas muiscas, encontraron un valle generoso de espectacular follaje a 2.600 metros sobre el nivel del mar.
Rodeado de verdes montañas y un clima especial, resultó para ellos un gran alivio luego de haber explorado las calurosas tierras que bordean el gran Río Magdalena. En aquella sabana de geografía reconfortante encontraron el mejor lugar para fundar una ciudad en dónde asentarse permanentemente y en dónde comenzar a edificar una esperanzadora nueva vida muy lejos del viejo continente europeo.
Lo que inició como un establecimiento compuesto por unas cuantas chozas y una precaria iglesia es hoy una metrópoli que crece sin cesar y que desde sus cerros tutelares de Monserrate y Guadalupe, representa la confluencia de gentes de todos los rincones del país y también de todas las latitudes de este planeta.
Acreditada como una de las ciudades capitales más altas del continente, vive una vida agitada y dinámica mucho más cerca de las estrellas que cualquier otro lugar y es por esa razón que sus habitantes siempre llevan la frente en alto manteniendo sus ilusiones y su ánimo siempre arriba.
Bogotá, ciudad en permanente desarrollo y escogida por culturas diferentes para establecerse y fundar familia, es hoy una de las más grandes urbes del continente americano. Con más de siete millones de habitantes y 480 años de historia era el dominio del Zipa, gran líder Muisca que lo llamaba “Bacatá” y que significa “Tierra de labranza o de cultivo”, y es que no hay nada más acertado porque durante siglos miles de hombres y mujeres venidos de múltiples confines se han labrado un futuro en este campo en el que cultivar siempre produce frutos.
Bogotá no para, no duerme. Bogotá es una ciudad que sabe a ajiaco, a tamal con chocolate y a agua de panela con queso, es una capital que respira cultura, deporte y transformación constante, es un campo de experimentación de la moda, la música y las tendencias del mundo; es escenario de progreso y proyección con plena vocación internacional.
Como ciudad de primer orden, Bogotá cuenta con toda la infraestructura necesaria para acoger a sus turistas; hoteles, gastronomía regional y mundial, grandes escenarios deportivos y culturales y lugares de atractivo para los visitantes componen una atractiva oferta de este principal destino del turismo en Colombia y orgullosamente del mundo.